¿Quienes son
los Arhuacos?

En la Sierra Nevada de Santa Marta ubicada al norte de Colombia, habitan cuatro pueblos indígenas: Arhuacos – Iku, Wiwas, Koguis, y Kankuamos, quienes cumplen la misión de ser guardianes de la Madre Tierra.  

El Pueblo Arhuaco, está conformado aproximadamente por 50.000 habitantes, según Censo Dane de 2019.  La Sierra Nevada, alcanza una altura de 5.775 metros en sus picos nevados (nieves perpetuas), convirtiéndose en la montaña litoral más alta del mundo, alberga el ecosistema con la mayor concentración de mamíferos, aves, peces y anfibios amenazados en el mundo, la Sierra, es una estrella hidrográfica, donde nacen más de 35 ríos y 380 lagunas. 

Nuestra Madre, es un ser vivo, con espíritu femenino y en la Sierra se encuentra su corazón, es por esto que los cuatros pueblos indígenas reciben el nombre de guardianes del corazón del mundo.

El trabajo realizado por los Mamus (niños, mujeres y hombres) es de vital importancia. Los Mamus son líderes espirituales del pueblo Arhuaco, son elegidos por la Madre Tierra, y son formados desde pequeños para cumplir la misión de transmitir su mensaje de cuidado, protección y equilibrio del corazón del mundo, a toda la humanidad. Del trabajo espiritual realizado desde la Sierra Nevada todos los seres somos beneficiarios. 

Esta misión los Mamus la cumplen hace aproximadamente 3000 años, los Pueblos Indígenas de la Sierra Nevada, se encargan de la protección de la Madre Tierra, como seres humanos recibimos los frutos de su trabajo constante e incondicional a través de bendiciones que guían y equilibran nuestra vida sin nosotros darnos cuenta. 

Cada integrante de la comunidad arhuaca cumple una función fundamentada en el respeto y conservación de la Madre Tierra, la educación es colectiva, sin importar la filiación. Cada niña y niño, cumplen tareas a nivel material y espiritual de acuerdo a su edad y desarrollo con la finalidad de prepararlos para que sean guardianes y portavoces de la Madre Tierra, de ellos depende la vida en tranquilidad y la paz en el mundo. 

De acuerdo con la Ley de Origen, todos los Arhuacos cumplen con diferentes compromisos como: el bautizo, la etapa de desarrollo, el matrimonio y la mortuoria. 

  • A través de la ceremonia del bautismo (Gunseymuke), se reciben las bendiciones y armonización desde el Universo, es un reconocimiento al ser que llega al mundo terrenal para que tenga derecho a vivir y hacer uso de todo lo existente en la naturaleza. En esta ceremonia la Madre Tierra acoge a sus hijos y los registra asignándoles un nombre correspondiente a su espíritu.
  • Durante la etapa de la pubertad  o del desarrollo (Munseymuke), el hombre al ser parte de la  naturaleza cumple con la misma Ley y misión que cada elemento como el nacimiento, crecimiento, desarrollo y muerte.
 

Para los hombres esta etapa va ligada con la entrega del poporo, un elemento sagrado que reciben los hombres a una edad avanzada de la adolescencia para asegurarse de su uso responsable. Es una prueba de madurez.

El desarrollo en la mujer Arhuaca es de suma importancia, porque es el momento en que  recibe la bendición de la Madre Tierra de ser dadoras de vida, a través de estos ciclos naturales la mujer logra una conexión directa y representa una etapa de madurez en donde recibe el uso – tejido -, derecho de compartir el tejido sagrado. 

  • La etapa del  matrimonio (Jwa Ungawi), es un proceso de purificación energética y espiritual para mujeres y hombres, en donde se pide permiso a los padres espirituales de la naturaleza para unirse en matrimonio, ser reconocidos y protegidos y contribuir en la misión de conservar el equilibrio y la armonía del universo. Su celebración dura varios días, incluso meses o años, debido a la importancia de la unión contraída tanto en el plano material como en el espiritual. 
  • La etapa de la mortuoria (Eysa), es el proceso de  reparación de la armonía del equilibrio del universo, liberándolo de la contaminación energética y espiritua, en cumplimiento de la Ley de Origen siguiendo principios sagrados que serán perpetuados por los familiares y la comunidad.

El papel de la mujer Arhuaca, o también llamadas Gwatys, en lengua Iku o Arhuaca – es mantener el equilibrio y la armonía, la mujer representa la fuerza que le da calor al hogar y sostiene a la comunidad. Es la energía que representa a la Madre Tierra, que alimenta espiritualmente a todos los seres que viven en ella.

La mujer es la encargada de conservar y transmitir todo el amor de la Madre a través de la luz y vida que se recibe al nacer, la mujer en su desarrollo logra la conexión directa con la Madre, etapa que es de suma importancia en la cultura Arhuaca porque ahí reside la importancia y la fuerza de la vida

La mujer es el reflejo del hacer consciente que es duradero e insaciable, actividad impactante que el bunachi -persona no indígena-, puede presenciar al visitar por primera vez una Comunidad: las mujeres arhuacas al igual que la Madre Tierra siempre están en movimiento realizando tejidos, cuidando a la familia, a la comunidad, a las plantas, los animales, nutriendo a través de saberes ancestrales y transmitiendo amor en cada palabra y sonrisa. 

Al igual que la Madre Tierra, los Arhuacos son conscientes que la mujer debe recibir el mismo trato de cuidado y protección, debe ser considerada con el mismo valor.  La mujer es la fuerza y la base que sostiene todo, es la que permite el equilibrio y la armonía entre la energías. La mujer en representación de la Madre Tierra ocupa un espacio central en todos los asuntos comunitarios y su voz es y debe ser siempre escuchada. 

El papel del hombre, o también llamados Tetys, en lengua Iku o Arhuaca – es mantener el equilibrio, la armonía, proteger la vida y alimentar a la Madre. 

Los hombres están al frente de los temas organizativos de la comunidad, resuelven conflictos de cualquier índole desde diferencias entre miembros de la Comunidad hasta problemas en el territorio referente a grupos armados ilegales. 

Las autoridades Arhuacas, son garantes del respeto por la autonomía, la preservación de la cultura y el territorio.  

Las reuniones y decisiones importantes son tomadas en consenso entre las Autoridades, Mamus y miembros de la Comunidad, las cuales tienen la particularidad de durar días y semanas, con la garantía de respetar la opinión y palabra de cada uno de los integrantes hasta llegar a una decisión que siempre tiene dos vertientes una espiritual y material. 

Cuando los hombres alcanzan la madurez reciben el Poporo o Yoburu, durante una ceremonia que puede durar varios días, en donde reciben consejos de los Mamus para mantener en su vida un equilibrio espiritual que se logra a través del respeto de la Ley Origen con normas de comportamiento como: no hacer daño a la mujer, no robar, no pelear, no cortarse cabello para conservar la sabiduría, no matar a nadie, no hablar mal de nadie, ni quitar mujer ajena…

En esta etapa de la vida, el joven es reconocido dentro de la comunidad como alguien mayor y digno representante de su identidad, puede tener cultivos propios, casarse, formar su propio hogar y cambia de túnica. 

El poporo lo acompañará toda su vida, representando la comunión entre la mujer y el hombre, es símbolo de fertilidad, en él se plasman todos los pensamientos del hombre, es un puente de diálogo y conexión con la Madre Tierra. Cada poporo es diferente y refleja directamente el equilibrio del hombre en cada momento. 

Cada integrante de la comunidad cumple una Ley de Origen específica, que determina y orienta su función con la finalidad de mantener la armonía. Así algunas personas se dedicarán a ser Autoridades, Cabildos, Mamus, médicos sanadores, músicos etc, siempre con el objetivo de cumplir con la misión de servir a la Madre Tierra y proteger el Corazón del Mundo.

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